jueves, 2 de febrero de 2017

JUDIT. CAPÍTULO 16.

Himno de Judit (Ex 15; Jue 5)

161<<Cantad a mi Dios
con panderos,
celebrad al Señor
con platillos;
con un cántico nuevo
invocad y ensalzad su nombre.
2El Señor es un Dios
que pone fin a la guera;
desde su campamento
en medio del pueblo
me libro de las manos
de mis perseguidores.
3De las montañas del norte
llegó Asur
con las miríadas de su ejército.
Su muchedumbre
obstruyó los torrentes,
su caballería cubrió los valles.
4Amenazó incendiar
mi territorio,
matar a espada
a mis muchachos,
estrellar a mis pequeñuelos,
entregar mis niños al pillaje
y mis doncellas
para ser raptadas.
5¡El Señor omnipotente
los frustró
por mano de una mujer!
6No cayó su campeón
ante soldados,
ni lo hirieron hijos de titanes,
ni gigantes corpulentos
lo vencieron,
sijo Judit, hija de Merarí,
lo paralizó con la belleza
de su rostro;
7se quitó su vestido de luto
para levantar
a los afligidos de Israel,
se ungió el rostro
con perfumes,
8sujetó sus cabellos
con una diadema
y se vistió de lino
para seducirlo.
9Su sandalia cautivó sus ojos,
su hermosura
esclavizó su alma,
el alfanje le cortó el cuello.
10Los persas se asustaron
de su audacia,
los medos se asombraron
de su osadía.
11Entonces mis humildes
lanzaron su alarido,
y los atemorizaron;
gritaron mis débiles,
y los aterrorizaron;
levantaron la voz,
y ellos retrocedieron.
12Hijos de esclavas
los atravesaron,
los hirieron
como a hijos prófugos;
perecieron en el combate
de mi Señor.
13Cantaré a mi Dios
un cántico nuevo:
Señor, tú eres grande
y glorioso,
admirable en tu fuerza,
invencible.
14Que te sirva toda la creación,
porque lo mandaste y existió,
enviaste tu aliento
y la construiste,
nada puede resistir a tu voz.
15Sacudirán las olas
los cimientos de los montes,
las peñas en tu presencia
se derretirán como cera,
pero tú serás propicio
a tus fieles.
16Pues poco valen los sacrificios
de olor agradable
y nada la grasa
de los holocaustos,
pero el que teme al Señor
será siempre grande.
17¡Ay de los pueblos
que atacan a mi raza!
El Señor omnipotente
se vengará
de ellos el día de la sentencia;
meterá en su carne fuego
y gusanos
y llorarán de dolor
eternamente>>.
18Al llegar a Jerusalén adoraron a Dios, y cuando todos terminaron de purificarse, ofrecieron holocaustos, sacrificios voluntarios y ofrendas votivas.

Conclusión

19Judit consagró al Señor todo el ajuar de la tienda de Holofernes, regalo del pueblo, y el dosel que ella había quitado de la tienda.
20Durante tres meses toda la gente estuvo en fiestas ante el templo de Jerusalén, y Judit se quedó con ellos. 21Pasado ese tiempo, cada cual emprendió la marcha hacia su heredad. Judit volvió a Betulia y siguió administrando su casa. Fue muy célebre en su tiempo por todo el país. 22Tuvo muchos pretendientes, pero no volvió a casarse desde que su marido, Manasés, murió y fue a reunirse con los suyos. 23La fama de Judit fue en aumento. Vivió en casa de su marido hasta la edad de ciento cinco años. Dejó libre a su ama de llaves. Murió en Betulia, la enterraron en la sepultura de su marido, Manasés, y los israelitas hicieron duelo siete días. 24Antes de morir, Judit repartió sus bienes entre los parientes de su marido, Manasés, y entre sus propios parientes.
25En su tiempo, y después, durante muchos años, nadie volvió a molestar a los israelitas. 

Explicación.

16,1-17 El canto de Judit no alcanza en aliento poético a sus dos modelos, pero en la construcción no me parece inferior.
La doble introducción, marcada por la repetición de "mi Dios, Señor", nos orienta a una lectura en díptico. En las introducciones se acumulan los títulos del Señor; en las dos tablas apreciamos, a primera vista, un tema histórico y un tema cósmico. Los títulos generalizan hechos concretos, únicos; la tabla histórica recoge el hecho inmediato, la narración del libro; la tabla cósmica pasa del hecho único de la creación a hechos repetidos del dominio divino.

Entre las dos tablas no hay sólo una coexistencia paralela, sino una relación dinámica (como en las dos partes del salmo 136, creación-historia); del hecho individual, el poeta se remonta a una visión más amplia, de la creación entera, testimonio del poder incontrastable de Dios. Pero como la historia era drama, con antagonismos, así en la creación contempla el poeta una rebelión que Dios domina en acto de poder y benevolencia. De esa rebelión cósmica el autor baja de nuevo a rebeliones históricas, que ya no son el hecho individual de la narración, sino constante histórica que conduce a una conclusión escatológica.

La estructura dinámica del poema, reducida a esquema, es como sigue: A. Introducción - Cuadro histórico (1-2-3-12). B. Introducción (13) - Cuadro cósmico (14-15) - Desenlace escatológico (17).

La guerra es un juicio de Dios para instaurar la paz, y apunta a un juicio definitivo que traerá paz definitiva (v. 2a. 15c.17).

El salmo pronuncia siete veces el nombre del Señor: en las dos introducciones (1.2.13) y en las dos conclusiones (12.17), en la articulación central del primer cuadro (5), hacia el final del segundo (16) (la Vulgata omite el verso 16).

16,1-2 Introducción. El primer verso es todo un calco de salmos. El segundo verso introduce un título importante, que recoge la enseñanza de Sal 46,10 y la esperanza de Is 2,4: no fin del enemigo, sino fin de la guerra. Para el tema del campamento, véase Sal 34,8: es recuerdo de las jornadas del desierto, transfiguradas en el final del Éxodo y comienzo de Números.

16,3-12 Tabla histórica. Es más amplia; está construida por fuertes contrastes bien elaborados. Primero se oponen Asur y Judit, después los aliados de Asur y el pueblo de Judit. Al pasar al segundo contraste se cambian las relaciones.

16,3-9 Esta sección es lo mejor del poema. Su fuerza reside en el poderoso contraste: Asur es un nombre que significa una multitud bélica, Judit es una mujer; Asur aparece en su avance repentino e incontenible, dirigiendo su ejército y dirigido por sus planes destructores -agresión pura-, Judit es exaltada con negaciones de sabor mítico o legendario y responde a los planes con acciones.

Pero entre los dos entra como una cuña la figura trascendente del Señor, del cual Judit es como el brazo alargado. Asur -cinco versos- se estrella contra el Señor -un verso.

Al avance rápido de Asur responde el movimiento meticuloso de Judit; a los planes grandiosos del militar responden acciones muy simples y femeninas. Fuerza contra belleza, belleza que supera incluso lo más fuerte de la leyenda o del mito.

Y la terna final es excelente: primero por el salto inesperado de los sujetos "su sandalia..., su hermosura..., el alfanje", de una rapidez maravillosa; luego por la ambigüedad irónica de los dos verbos "cautivó..., esclavizó", que pertenecen al lenguaje militar y al amoroso por metáfora ("batallas de amor").

16,3 El enemigo llega del norte, según la tradición de Jeremías (Jr 1,14). Las miríadas: Sal 3,7; la muchedumbre: Is 37,25.

16,4 Es la visión de Eliseo en presencia de Jazael de Damasco (2 Re 8,12).

16,5 Sal 33,10 y Jue 4,9 (por Yael).

16,6 Titanes y gigantes, en términos griegos, pueden ser alusión a los legendarios habitantes de Palestina, los refaim y nefilim de Dt 1,28; 2,11; 3,11.

16,7-8 La finalidad última de Judit es "levantar" a su pueblo postrado; su finalidad próxima es seducir al general. Sobre las intenciones de la protagonista el autor no siente los escrúpulos de algunos comentaristas. Vestido, perfumes y joyas realzan su belleza y atractivo. Véase 10,3 y Rut 3,3 o las medidas urgentes de Jezabel en 2 Re 9,30.

16,9 Cant 7,2: "Tus pies hermosos en las sandalias"; Cant 4,9: "me has enamorado... con una sola de tus miradas, con una vuelta de tu collar".

16,10-12 Como en la narración, la muerte del general se alarga y ensancha en la derrota total. Los medos, según el capítulo 1, son enemigos vencidos de Asur. Mientras ellos no pudieron resistir al general, una muchacha lo ha degollado: empieza a ser famosa en todo el mundo (véase 11,23). Los persas no figuraban en la narración.

La antítesis fuerte-débil se proyecta como patrón a estos versos; la referencia al Señor recoge la resonancia del v.5. La acción de los débiles comienza con una triple serie de gritos que ponen en fuga; lo demás es rematar la victoria.

16,10 Ex 15 hace refencia al terror de los pueblos.

16,13 La segunda introducción es reminiscencia de Ex 15,11.

16,14 La evocación cósmica depende de Sal 33,6-9. El salmo habla de los planes de Dios que se cumplen haciendo fracasar los planes del poder humano.

16,15 La rebelión cósmica recoge imágenes de Sal 46,4; 91,4-5 y Miq 1,4. De la resistencia se pasa fácilmente a la teofanía.

16,16 Este verso, que falta en la Vulgata (y que no echaríamos de menos si faltase en el original), parece definir el sentido de "tus fieles": no se define por el ritualismo, por la mera ofrenda de sacrificios, sino por la actitud interior del hombre. Doctrina perfectamente tradicional en salmos. profetas y sapienciales. "Grande" es adjetivo de Dios en el v.13, y de Dios lo recibe su fiel.

16,17 El juicio escatológico está inspirado por Is 66,24 en la forma, con muchos antecedentes en cuanto al tema.

16,18-25 Lo que sigue sirve para reondear el happy end y para dar gusto a los lectores que todavía preguntan por Judit. Los elementos recuerdan figuras de patriarcas y de jueces. Su edad no alcanza a Moisés por quince años, y a Josué por cinco. La paz tras su liberación es más larga que la de los jueces (Jue 5,31; 8,28).

El reparto de los bienes y la manumisión de la criada son datos nuevos. Los festejos de tres meses superan en duración a otros de la historia de Israel, y pertenecen a la ficción del libro.

En cuanto a la fama de Judit, perdura hasta nuestros días. Quizá menor que en otros tiempos, cuando la tomaban por figura histórica, cuando excitaba los deseos de imitación. Como figura literaria, Judit conserva hoy un buen puesto, y el autor escribe una especie de firma cifrada en esa nota sobre la fama de su criatura poética.

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